MANIFIESTO SALVEMOS EL MUNDO RURAL AGREDIDO

 

Manifiesto escrito por Javier Sierra, para la manifestación "Salvemos el mundo rural agredido", el 5 de octubre en la plaza de Cibeles.



JAVIER SIERRA:

Mi pueblo se muere.


No lo digo yo. Lo dice un clamor que, a diario, surge de la garganta de uno de cada diez españoles: son los que viven en el campo y ven impotentes cómo se ignora su voz y se ningunean sus necesidades. En este país tenemos 8.131 municipios, y la mitad no alcanzan los 13 habitantes por kilómetro cuadrado.


ROSA ARRANZ:

Son sus gargantas las que hoy quieren ser escuchadas.


FERNANDO VALLADARES:

Sus pueblos –que son también los tuyos, los de tus abuelos o tus amigos- se mueren.


JAVIER:

Se mueren cada vez que una familia debe marcharse a una gran ciudad por falta de oportunidades y servicios esenciales, cambiando la “España vaciada” por la “España hacinada”.


ROSA:

Se mueren cuando se pierde un oficio, o uno de esos saberes del campo que se han transmitido de generación en generación hasta ayer.


FERNANDO:

Se mueren cuando nuestros hijos se quedan sin un colegio cerca de casa porque ya no hay niños en las clases, ni llegan libros nuevos a la biblioteca, ni hay profesores que quieran instalarse en el pueblo, y donde tener internet en el aula es un lujo exótico.


JAVIER:

Se mueren por el descuido de las administraciones, que impide que muchos núcleos rurales limpien sus bosques, lo que daría trabajo y sustento a los vecinos. Y así se acumula la madera y el matorral que alimenta el diablo del fuego cada verano.


ROSA:

Se mueren cada vez que una autovía aparta a un pueblo de la carretera y no se hace nada por atraer hasta él a esos conductores que nunca más pararán a descubrirlos.


FERNANDO:

Se mueren cuando se cae el lienzo de un castillo, el tejado de una iglesia, o un retablo o una pieza histórica son saqueados por falta de un cerrojo o una alarma.


JAVIER:

Se mueren, nos morimos, cada vez que alguien de

este mundo urbano juzga con aires de superioridad intelectual al campo, olvidándose de que la palabra “cultura” viene del latín “cultus”, que no es sino el cuidado de la tierra.


ROSA:

Se mueren cuando en los medios de comunicación se deja de hablar de lo rural, de rodar películas, componer música o escribir sobre nuestros pueblos. Y cuando lo hacen, se ocupan solo de sus desgracias, ofreciendo una imagen triste, deformada, de lo que somos.


FERNANDO:

Y se mueren, claro, cuando se cierra un centro de Atención Primaria, un dispensario, una oficina de correos, un cuartel de la Guardia Civil, un retén de bomberos, un quiosco, una panadería o un sencillo cajero automático.


JAVIER:

Pero eso no es lo peor.

A mi pueblo, a nuestros pueblos, también los están matando.


FERNANDO:

A mi pueblo lo matan las instalaciones masivas de energías renovables, o ahora de Biogás, que destrozan paisajes milenarios de alto valor medioambiental. El asesino se esconde asimismo detrás de las macrogranjas que industrializan todo sin miramiento, destrozando un equilibrio que daba de comer a miles de familias.


ROSA:

Lo matan las políticas corruptas que lo permiten, y que encargan los estudios de viabilidad ecológica a las propias empresas que las promueven. O las que ignoran que el campo necesita una política de vivienda decidida, que facilite la construcción de nuevas casas.


JAVIER:

Lo matan las malas decisiones, de décadas, que han dejado extensas regiones del país sin un ferrocarril digno, aislándonos.


FERNANDO:

Lo matan la incapacidad de nuestros representantes por alcanzar un Pacto de Estado por una Sanidad Pública que sea igual para todos, independientemente de dónde vivamos o qué color nos gobierne.


ROSA:

Lo matan los centros de datos para que tú tengas IA en el móvil a cambio de consumir en el proceso millones de litros de agua que desecan nuestros acuíferos y desertifican la tierra. Y lo impulsan los mismos que dicen luchar contra el cambio climático.


JAVIER:

Lo matan las placas solares que cubren miles de hectáreas de nuestros campos, cuando podrían haberse instalado sobre tejados de casas, naves industriales, superficies comerciales o aparcamientos que ya han hormigonado la tierra antes.


FERNANDO:

O lo matan las mega-minas que contaminan nuestras aguas, agrietan nuestras casas con sus explosiones o siembran la tierra de productos químicos pesados que la infectan hasta llegar a nuestros alimentos.


ROSA:

La pregunta clave que debemos hacernos hoy es: ¿hay solución a todo esto? ¿Se puede vencer el duelo por todas estas muertes y remontar la situación de nuestra hermosa España vaciada y silenciosa?


JAVIER:

La respuesta es SÍ.


Sí, si no “cosificamos” a nuestros interlocutores en los órganos de decisión. Los políticos y los empresarios que nos han llevado al borde del abismo no son “los otros”, del mismo modo que la Naturaleza y lo rural no es tampoco algo ajeno a ellos. Nosotros sabemos que la política y las industrias que se nutren del mundo rural las hacen seres humanos. Y con los humanos se dialoga.


FERNANDO:

Reclamamos un diálogo con sentido común y visión de futuro. Queremos que el mañana sea sostenible y esté por encima de los beneficios cortoplacistas que esquilman nuestros pueblos de recursos naturales y expulsan a los vecinos.


ROSA:

Queremos que se dé voz al sector primario, a la agricultura y a la ganadería tradicional y profesional, en las decisiones que nos afectan. Ellos son los que asientan población en el campo y generan una sociedad diversa.


JAVIER:

Queremos que se nos consulte y se nos tenga en cuenta para lograr un EQUILIBRIO justo y común, del que no se avergüencen las generaciones del futuro.


FERNANDO:

Queremos poner en valor el trabajo de la mujer en el campo y protegerlo, frente a mentalidades ya muy desfasadas.


ROSA:

En suma, queremos crecer en bienestar y progreso, pero cuidando a la Madre Tierra, que es la tuya, la nuestra, y también la de quienes nos empujan ahora a denunciar todas las muertes que nos amenazan.


JAVIER:

Sí. Hay solución.


LOS TRES:

¡Salvemos juntos al mundo rural agredido!











Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Mientras que en la Comunidad de Madrid se gastó casi medio millón de euros en un solo concierto para ensalzar la hispanidad, un puñado de patriotas del mundo rural tuvimos que pagar un cupón para costear un escenario donde se cantaron los verdaderos problemas de España. Esta es la prioridad de algunos politicos.

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